jueves, 8 de diciembre de 2011

LA FULIOLA 11



 EL BAUTISMO DE JESÚS.
  (Historia de unas pinturas)
El mural se  finalizó el 23 de abril de 1981.
La capilla en la que se encuentra la pintura, que constituye este tema primordial en la vida cristiana cual es el bautismo, se halla en la parte de la Epístola y es gemela de la anteriormente descrita del Santísimo. Ennoblece el lugar, detrás del altar y de la pila bautismal.
Casi otro tanto diré, en cuanto a la fuerza expresiva de las imágenes de este mural, que lo manifestado con relación al de la capilla simétrica.
En los comentarios escritos para la inauguración de la mencionada capilla se descubre el carácter eminentemente catequético, no carente, en un primer momento, de verdadera raigambre religiosa tradicional aunque cargado de un cierto cariz grandilocuente, cinematográfico y épico: "El sostre i la paret, cóncaus, son pintats amb tons vermellosos, símbol d1interioritat, de foc i vida -com la matriu de l'Església que es la pila baptismal- on es donada veritablement la VIDA, on s'esdevé CRISTIÀ".1
En esta pintura, creo que se puede apreciar un cierto avance, si a la adecuación al concepto de pintura religiosa nos atenemos, ya que el tema del bautismo se halla más explícitamente elaborado con una catequesis más densa.


 CONTENIDO Y ESTRUCTURA
Cuatro figuras principales componen este mural: Cristo, Juan Bautista, Moisés y la Paloma. Un bloque, como otra persona, lo constituye el pueblo de Israel siguiendo a su pastor.
En lo alto, la Paloma, símbolo del Espíritu Santo, emite unos rayos que inciden directamente sobre la espalda de Cristo, que con el torso desnudo, inclinada la cabeza y los brazos extendidos, recibe el agua bautismal de Juan; éste está arrodillado a la altura de la cintura de Jesús y también con los brazos extendidos hacia él,  hallándose cubierto únicamente con unos trapos (pieles de camello) desde la cintura a las rodillas.
En la vertical del Bautista se halla Moisés, en pose de marcha, con los brazos abiertos, empuñando el cayado que hunde su punta en el mar; su mirada girada hacia Jesús. Se protege con una veste talar y cubre su cabeza con un paño blanco; sus pies pisan la arena del desierto, al fondo del cual se encuentran, a la izquierda, debajo de Cristo, las pirámides y en el resto del fondo, una ingente masa de personas, el entero pueblo de Israel, levantando los brazos unos, arrodillados otros.
Lo terreno se ha dispuesto abajo, lo celeste arriba, lo sublime en lo más alto, la paloma, con un centro de máximo interés compositivo en la imagen de Cristo. Todos los gestos llevan a él.

 SIMBOLISMOS
La Paloma es el Espíritu del Padre sobre el Hijo: Es la plena manifestación de Dios, una Teofanía. El texto sagrado dice que se oyó la palabra de Dios.
Los comentaristas afirman que la aparición de la paloma es una manera simbólica de expresar cómo aterrizó, cómo descendió aquel mensaje divino, cual vuelo de una paloma; no fue vista ésta sino que la suavidad, el susurro, la delicadeza del efecto que produce el animal es similar a cómo aconteció un hecho anunciado por los profetas y referenciado por los evangelistas. Los artistas de la tradición cristiana han tenido, desde el primer momento, el símbolo del Espíritu Santo en este volátil.
La humildad de Cristo, aceptando su "papel" redentor está expresado en la humillación arqueada de su cerviz, en el extender sus manos vacías de poder y de propia voluntad, esperando ser llenadas de lo alto. Actitud similar a la de su primo, Juan, que cumple su misión en actitud reverente, cuya mano derecha se eleva de la misma guisa hacia lo alto y su izquierda derrama el agua de la penitencia purificadera bautismal.
La humildad,  que es reconocimiento de la  realidad, hace que ambos personajes se hallen desnudos,  tapados únicamente con lo que la naturaleza más inmediata les proporciona,  con el agua del rio Jodán uno y por unos andrajos el segundo.
Está también Juan arrodillado al borde del agua completando los gestos anteriores, anonadado ante la presencia divina.
Las pirámides son un símbolo bivalente, de muerte y de vida. Son el símbolo de la vida para los faraones que esperaban en ellas la vida de ultratumba; desde la amplitud de la base cuadrada al punto de la cúspide subían sus aspiraciones de una vida más allá del río de la muerte; en el mural se hallan apuntando a Jesús, la verdadera realidad de la vida eterna, son el símbolo de una cultura incapaz de salvar al hombre.
El desierto es símbolo de muerte y donde el hombre se encuentra a sí mismo. Es el lugar donde el ser humano busca realizarse tocando hasta el fondo su impotencia y pide la vida a los ídolos para experimentar finalmente que sólo en el poder de Dios puede encontrar aquélla. Es en el desierto donde es seducido por su Dios, su Esposo, que le cuida, le da sus leyes -mandatos de amor- que le van a conducir a la salvación. En desierto se configura un verdadero pueblo que va a proclamar la clemencia y misericordia de Dios.
En el centro de la capilla se eleva la pila bautismal, diseñada también con una similar simbología acorde con las ideas que encierra el hecho que allí se realiza -el paso de la muerte a la vida-, ya que su cuerpo inferior es un tronco de pirámide invertido que descansa en un paralelogramo y el superior una pirámide que apoya su base en el cuerpo anterior.
El cuatro,  lo humano,  deviene en el uno,  lo divino.
También así se halla dispuesto el tropel que se ha pintado, representando al pueblo de Israel, en una falange cuadrilátera de la que se ve la parte delantera y su flanco derecho. Sus componentes elevan los brazos al cielo o se arrodillan, suplicantes, en un momento de angustia ante el mar, con el ejército del Faraón tras sus huellas. También el número uno se ha identificado ahora en la persona de Moisés, el que les lleva a otra vida, otro territorio, la Tierra Prometida, donde serán libres.
Los brazos abiertos de Moisés son los del Cristo en la cruz, el palo que su mano introduce en las aguas de la muerte para vencerlas y transformarlas en aguas de vida, es el madero de la cruz. Es una pose muy "egipcia" pero con la añadidura de la mirada hacia lo alto y las torsiones de las manos, protectora una, dinámica la otra.
Dos colores se desparraman en los muros y el techo siendo los protagonistas más abstractos, el rojo y el azul, lo humano y lo divino, entremezclándose, haciéndose uno sólo.
Contemplando las dos capillas a la vez comprobaremos que el azul de la atmósfera de la Ultima Cena se escapa e invade la escena del Bautismo de Jesús. Lo que sucede simbólicamente es lo que acontece en la realidad interior del misterio Pascual, se trata de hecho de la misma Pascua, la del pueblo de Israel y la de Cristo, el paso de la esclavitud real del cuerpo y del espíritu a la liberación real de ambos por medio de la huida de la opresión del Faraón que es el pecado -la esclavitud de todo hombre-.
El protagonista verdadero es el Hijo de este hombre, el que vence la muerte con la humillación del propio bautismo -el agua-y de la muerte -la sangre- germen de una nueva creación.
No en vano la pila bautismal evoca para Dionisio Areopagita  la "matriz de la generación".2

CONTEXTO BÍBLICO PATRISTICO.


Gn 1,9.- "Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento
en un solo conjunto, y déjese ver lo seco"; y así fue.
Gn 4,  11.- Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que
abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu
hermano.
Gn 29, 3.- ¡La voz de Yahveh sobre las aguas! Truena el Dios
de la gloria: Yahveh sobre la inmensidad de las aguas.
Si 9,  7.- Quitaré su sangre de su boca, y sus abominaciones
de sus dientes...
Si  66,  12.-  Dejaste que un cualquiera  a nuestra cabeza
cabalgara, por el fuego y el agua atravesamos; mas luego nos
sacaste para cobrar aliento.
Si 69,  16.-  ¡El  flujo de  las aguas no me  anegue, no me
trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca!
Si 72,  14.- De la opresión,  de la vilencia, rescatará su
alma, su sangre será preciosa ante sus ojos.
Si 74,  13.-  tú hendiste el mar con tu poder, quebrantaste
las cabezas de los monstruos en las aguas;
MC 6,  25.-  Entrando al punto apresuradamente adonde estaba
el  rey,  le pidió:  "Quiero que ahora mismo me des,  en una
bandeja, la cabeza de Juan el Bautista."
MC 6,  27.- Y al instante mandó el rey a uno de su guardia,
con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó
en la cárcel.
MC 7,  24.- Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se
puso a hablar de Juan a la gente:  "¿Qué salisteis a ver al
desierto? ¿Una caña agitada por el viento?
MC 7,   25.-  ¿Qué salisteis  a ver si no?  ¿Un hombre
elegantemente vestido?  ¡No! Los que visten magníficamente y
viven con molicie están en los palacios.
Hch 7,  20.- En esta coyuntura nació Moisés, que era hermoso
a los ojos de Dios. Durante tres meses fue criado en la casa
de su padre.
Hch 8, 13.- Hasta el mismo Simón creyó y, una vez bautizado,
no  se  apartaba de Felipe;  y estaba atónito  al ver las
señales y grandes milagros que se realizaban.
Hch 9,  18.- Al  instante cayeron de sus ojos unas como
escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.
Hch 18, 6.- "Vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza; yo
soy inocente y desde ahora me dirigiré a los gentiles."
   S. Juan Crisóstomo, siglo IV: "A los judíos no se concedió entonces contemplar el rostro transfigurado de Moisés (cf Ex 34, 33s), el cual, sin embargo era hijo de Adán, un hombre como ellos; mas tú has contemplado el rostro de Cristo en su gloria (...) (Moisés) golpeó la roca y brotó la fuente de agua, nuestro pastor se acerca a la sagrada mesa, toca la roca espiritual (cf ICor 10, 4) y le arranca una fuente espiritual. Por este motivo se levanta la sagrada mesa en medio de los fieles, semejante a una fuente manante (...) y el pozo de salud mana en abundancia, a fin de que nadie perezca de sed atormentadora."3
S. Efrén, siglo IV: "¡Oh dichoso lugar! Nunca vio ni verá otro lo que tú viste: a saber, al Señor hecho altar verdadero, sacerdote pan y cáliz de la salud. El por sí mismo basta para todos, y nadie puede bastarle; El mismo es el altar y el cordero, la víctima y el sacrificador, el sacerdote y el alimento."4
"Dichosa eres, oh tarde última, porque en ti se completó la tarde de Egipto: el Señor comió en ti la pascua pequeña (la judía), y se hizo a Sí mismo pascua grande, la pascua fue inserta en la pascua, y la fiesta en la fiesta."
Cirilo de Jerusalén dice a sus neófitos: "El agua es el principio del cosmos; el Jordán, del Evangelio". Dice Tertuliano: "El agua ha sido la primera sede del Espíritu divino, que entonces la prefirió a todos los demás elementos... El agua es a la primera que se ordena la producción de criaturas vivas... Es el agua la primera que produce lo que tiene vida, para que no nos asombrásemos cuando un día diera a luz la vida, en el bautismo. En la primera formación del hombre, Dios empleó el agua para consumar su obra... Por tanto, toda agua natural adquiere, por la antigua prerrogativa con que fue honrada en su origen, la virtud de santificación en el sacramento, con tal de que Dios sea invocado a este efecto. Tan pronto como se pronuncian las palabras, el Espíritu Santo, bajado de los cielos, se detiene sobre las aguas que por su fecundidad santifica; las aguas así santificadas se impregnan a su vez de virtud santificante... Lo que antaño sanaba el cuerpo, sana hoy el alma; lo que procuraba la salud en el tiempo, procura la salud en la eternidad..."

1Cf., Les capelles de l'església de La Fuliola, ibid., p. 10.
2Cit., Hani, Simbolismo del templo cristiano, p., 73.
3Ibid. pag 663s. A los bautizados $956. Textos eucarísticos primitivos I, pag 277. Himno 3 n2 5s 10.
4lbid. Himno 3. Lecea, J. M: Los sacramentos. Pascua de la Iglesia, pag. 25.
5Cf., Liturgia de las horas. De Bautismo. III-IV. Y en Padres de la Iglesia, pág. 401-403.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La Fuliola 10





Mural y detalle de S. Pedro

Un cuadro al óleo sobre madera fue el boceto para esta primera e ilusionada obra. El artista puso en ella todo su saber e inspiración basándose en la típica composición icónica de la tradición: los doce Apóstoles alrededor de Jesús.

Lo original se desparramó por el muro yendo, desde una fidelidad casi retratista del primer apóstol (Pedro-el propio artista) en un extremo de la mesa, soportando toda su longitud y el peso de los demás personajes, hasta la casi abstracción de los dos últimos discípulos, más que estirados, volando sobre la mesa eucarística, desde el techo de la capilla... Aquí se han pintado doce apóstoles, lo que supone la inclusión de Judas, colocado inmediatamente tras de Cristo. Las manos de los discípulos se tienden hacia el centro de la mesa larga y curva donde se halla Jesús, rompiendo un trozo de pan frente a otro entero y con el cáliz "lleno del fruto de la vid".
No me hallaba todavía inmerso en el mundo del románico y las figuras que en este mural aparecen están dentro de una espiritualidad artística expresiva emanada más de la mente el propio autor y su manera de ver el tema que de una "forma" de concebir el ambiente a lo románico.
Dice el historiador Santiago Sebastián que "el mundo parece a los hombres de la Edad Media como un libro de doble sentido, que la Biblia permite descifrar".1
1.-Cf., Sebastián, S, "Mensaje del Arte Medieval", p. 104.

Gérard de Champeaux y Dom Sébastien hacen una distinción entre Cristo, cronocrator, ordenador del tiempo, y Cristo cosmocrator, ordenador del cosmos. Los números relacionados con el tiempo: 6, la creación; 12 horas del día, apóstoles; 24 horas del día y de la noche, ancianos; 30, días del mes; 52, semanas; 365, días del año. El cuatro y el 24 son los dos ritmos fundamentales de la naturaleza: el cuaternario de las estaciones y la división del período diario en 24 horas. Los cuatro evangelios. Los cuatro ríos del Edén. Los ciento cuarenta y cuatro mil elegidos 144.000 = (12x12x1000). La concepción teocrática de la Edad Media favoreció la transferencia al orden religioso de los símbolos y del protocolo tradicional hasta entonces reservado únicamente al soberano temporal.2
La tradición, el lazo icónico con la cultura religiosa previa, está reflejada en ciertos movimientos de los personajes y sus manos más que en la expresión de las caras y del conjunto, que ha querido "llenar" una pared para convertirla en mesa de la Ultima Cena que y no tanto en Cena Pascual. Esto lo veo ahora, con un tiempo de maduración en la fe, que incide directamente en el hecho artístico religioso, siendo sincero igualmente tanto cuando pinté este mural que cuando realicé el último en el año 1991, aunque desde dos puntos de partida distintos. Las primeras pinturas, por tanto, se pueden catalogar acertadamente como "pinturas en la iglesia" y las últimas "pinturas religiosas".
2Cf. Champeaux & Sébastien, "Introducción a los símbolos", p., 483, 508 y 524.

viernes, 4 de noviembre de 2011

FULIOLA-9










LA ULTIMA CENA
Terminada de pintar el 31 de diciembre de 1980.
Se halla en la capilla del Santísimo, espacio a la derecha del altar mayor, lado del Evangelio, encabezando la nave respectiva, fue la primera en ser pintada. En la pared se halla un retablo con la Virgen en relieve tras el sagrario. El mural sale o engloba este conjunto desparramándose hacia su derecha.
Asumo la paternidad del diseño previo de los candelabros y el atril de esta capilla con la forma del pez simbólico catacúmbico, cuya realización fue llevada a cabo por el notabilísimo forjador Antonio Guerra, de Lérida.
CONTENIDO Y ESTRUCTURA.
Las primeras pinceladas cubrieron el muro en el año 1980. Se trata del mural para el altar del Santísimo en la pared cóncava, como la pared de una cueva, un lugar cálido, un lugar adecuado para transmitir un mensaje de amor.
Me ayudó a decorar los fondos y el techo de esta capilla mi hermano Ramón, comenzando en aquellas fechas la carrera de Bellas Artes, profesor hoy y escultor de finos sentimientos..
-

jueves, 29 de septiembre de 2011

RECORRIDO IMPRESIONISTA POR ZAMORA

























Sigue la exposición en la Alhóndiga de Zamora, con gran éxito de público y buena crítica...


jueves, 22 de septiembre de 2011

"EL PRIMERO DE FARIÑA"



En estos días se está celebrando una exposición de cuarenta obras seleccionadas con motivo del concurso nacional de Bodegas Fariña de Toro. La Encarnación, en la plaza Viriato, acoge esta muestra en la que afortunadamente expongo una obra.



Se abrió el 16 y acaba el día 30 de este mes de Septiembre.

RECORRIDO IMPRESIONISTA POR ZAMORA




Esta exposición es la muestra de más de veinte años captados en la admósfera de Zamora, ciudad llena de color y vida, entroncada en la Historia ancestral y patrimonial de España, con el caballete al hombro y los pinceles aceitosamente creadores.






Os espero en la sala:












La Alhóndiga, Pl. Santa Ana s/n. Zamora






del 26 de Septiembre al 8 de Octubre; de 12 a 14 y de 17 a 21; de lunes a viernes.








martes, 30 de agosto de 2011

La Fuliola - 8









VIACRUCIS DE LA IGLESIA DE MARIA AUXILIADORA y RETABLO de la capilla.


El "estilo" del mural primero de La Fuliola, es similar, bebe
de las mismas fuentes que inspiraron el primer mural de tipo
religioso pintado unos años antes en la iglesia de los salesianos
de Sant Boi de Llobregat, Barcelona. Estamos en 1980.
Allí decoré una pared de cuarenta metros cuadrados con un
"Viacrucis" existencial, dividido en tres situaciones
humano-divinas: el hombre en situación de desesperada angustia,
el Hijo del hombre asumiendo la destrucción hasta la muerte injusta y el hombre nuevo.


En la capilla de la misma institución religiosa pinté un retablo en el que Cristo es el mástil de una barca eclesial, en cuya proa se halla la Virgen y en la popa
S. Juan Bosco, fundador de la congregación salesiana, con las
manos giradas hacia arriba, orando, fija la mirada en el rostro
de Jesús.
en el mural de la iglesia, las catorce cruces del Vía crucis convencional se reparten
asimétricamente, agrupándose y alejándose, llenando todo el
espacio pictórico vital. La fuerza de la pintura es intuitiva y
basada estéticamente en la enseñanza académica; el contenido
religioso está añadido.
El estilo es cercano al realista, con algunas distorsiones muralistas,
en ayuda de la intimidad de un lugar de oración, con el
simbolismo manifiesto de la capitalidad de los personajes
representados y de la primordial importancia de la oración y la
fe en el eje de la vida cristiana, Cristo.
El tema de la barca y el eje crucial lo voy a utilizar en uno de
los murales de la iglesia de La Fuliola.

sábado, 13 de agosto de 2011

PINTAR LA FE - 7









EL PRIMER CUADRO.

Hago memoria de una primeriza pintura "religiosa", que yo
consideré "seria" y que no pasa de ser unos pinitos, cuando a uno
se le ocurre pintar y comienza a hacerlo con "los
óleos"; ello ocurrió allá por el año 1968. Se trataba de pintar
algo original porque así me lo propuse y porque nunca me ha gustado la "copia". Del esfuerzo mental que el diseño de la obra supuso
surgió un cuadrito cuyo tema, trece años más tarde, iba a ser
retomado para la pared de la capilla del Santísimo de la Fuliola.
Ha sido ahora, cuando me dispongo a analizar esta obra, que me he
acordado de todos estos detalles concomitantes que pueden servir
para explicar la génesis de mi obra religiosa y su evolución.
Existe aún este primer balbuceo pictórico, un cuadro del diez
figuras, apaisado, con un apostolario alrededor de Jesús donde el
rostro es el protagonista, ya que todos los personajes están
presentes en su representación facial y las manos de Cristo,
abierta la izquierda hacia arriba y sosteniendo la derecha el
cáliz, en el centro de la composición. Se hallan todos alrededor
de unos manteles bicolores de factura ajedrezada -repitiendo el
signo crucífero- en cuyos límites, en forma de corazón, asoman
los mencionados rostros. La manipulación del artista, usando de
una incipiente y personal vena interpretativa, llega a colocar
sólo a nueve discípulos, para hacer mención de ausencias notorias
y para que quien contempla el cuadro se incorpore al coro
apostólico, completando el simbólico número de doce.
La coincidencia de varios signos se presenta evidente y
aleccionadora entre este cuadrito y el mural.
El primer aspecto es el de los pigmentos y el método; en el
cuadro es el óleo; en la pared van a utilizarse pigmentos
minerales y como aglutinante resinas sintéticas, con un resultado
similar al del primer procedimiento, pero de un secado mucho más
rápido.
La composición se basa, en el primer caso, en el centro, en la
imagen esquemática del corazón, con alusión evidente a los
sentimientos de intimidad que tal imagen sugiere, trasladada al
momento que el cuadro representa, la Ultima Cena. En el mural la
composición se adapta al máximo a la pared cóncava sobre la que
se ha diseñado, en un movimiento ascendente-descendente que marca
también un centro, el mismo que en el cuadro, las manos de
Cristo, esta vez con el pan entre ellas. En ambos esquemas
compositivos predomina la intuición del artista, por encima de
soluciones históricas m s tradicionales.
Las similitudes se repiten a la hora de analizar el sistema
pictórico. En el primer momento empleé, de forma rudimentaria,
experiencial (era la primera vez que pintaba con un sistema nuevo
para mí), el óleo; en la iglesia experimenté por primera vez
la resina o el barniz, ya utilizados sobre madera y tela en el
taller de L'Hospitalet con mi buen amigo y gran artista aragon‚s
Juan Jos‚ Vaquero Foz. El procedimiento al fresco, más en la
tradición románica, no se adecuaba a la "rapidez" de un fondo ya
preparado, el yeso sobre el cemento, que satisfizo al artista.
Se ha avanzado en este mural en todos los sentidos, ya que no
en vano, desde la realización del aquel primer intento artístico
que fuera el cuadro de la Cena, pintado desde lo puramente
autodidacta, hasta la pintura de este mural, pasaron los años de
la formación en Bellas Artes y una transformación a nivel
personal en cuanto al sentido de la fe se refiere; todo ello
es evidente en la contemplación de ambos extremos pictóricos, que
posteriormente se ir analizando paso a paso en cada pintura.
Es el primero un cuadro, tal vez el único, en que se ha
empleado el color negro y en el que las mezclas de los colores
están realizadas, como ya hemos dicho, con el condicionante
evidente del pintor primerizo; en el segundo espacio pictórico se
ha evitado el negro -lección aprendida en el paso por las aulas
de "Sant Jordi"- y donde las mezclas de los colores se pasean
por todos los grises, supeditados a una coloración dominante, el
azul. El contrapunto de este color se ve reforzado por la
entonación restante del espacio total donde los tonos tostados,
rojizos y algunos complementarios más, lo realzan.
Las "libertades" evidentes en el cuadro, como el número de los
apóstoles, la supresión del pan, el corazón simbólico, se han
superado en favor de un mayor rigor histórico-litúrgico en el
mural.

martes, 12 de julio de 2011

DOS LAMPADARIOS EN CRISTO REY -1996

LÁMPARAS DE CRISTO REY









Se hallan en el transepto de la iglesia parroquial de Cristo Rey, Zamora. Relaizadas y colocadas en 1996.
Obra de Jesús González Matellán, Eugenio Esteban Fernández y Jesús Masana Monistirol. Corriendo a cargo de los dos primeros la ejecución material y el proyecto del último.

DESCRIPCIÓN
La composición de las dos lámparas, su composición dibuja un círculo en el espacio anterior al presbiterio.
Dos lámparas, compuestas cada una de ellas, por tres círculos superpuestos a la distancia de 50 cm. y discéntricos, unidos unos con otros mediante pletinas oblicuas. Una tangente a los círculos es pasarela a la pared, siendo oblicua a la misma la tangente opuesta.
Los diámetros son, respectivamente, de un metro, metro y medio y dos metros.
Tres uniones en forma de cadena se unen en un solo punto que soporta equilibradamente el conjunto y mediante otra cadena y tramos rectilíneos de barras de hierro con el amarre más alejado, en la parte superior del contrafuerte interno del transepto.
Están pintadas de negro, pavonado con toques dorados.
Doce puntos de luz se distribuyen en los tres cuerpos de la lámpara, dominados por un potente foco en el círculo más pequeño.
Dichos puntos lumínicos se hallan en el espacio interno que existe en la doble vuelta -compuesta por dos láminas de hierro de poco grosor- de cada círculo.

SIMBOLISMO
La Luz que ilumina el mundo, es Cristo.
Las dos lámparas son la imagen de Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad.
El foco de la parte superior de la lámpara, hace igualmente relación a Cristo, así como el mismo círculo en el que se halla –el más pequeño de los tres-. Dos diámetros de hierro ratifican la obra redentora. Se trata de una cruz, iluminada, gloriosa, símbolo de la Resurrección de Cristo.

Los doce puntos de luz simbolizan los doce Apóstoles. Ellos irradian la luz del Evangelio por el mundo, recibiendo a su vez la iluminación constante de la palabra de Cristo, a través del Espíritu Santo. Éste se halla simbolizado en el segundo de los círculos. El tercero, el mayor lo es del Padre.

El pequeño, el humilde, es Cristo; el grande, el misericordioso, el potente, el creador, es el Padre; el que hacer fluir la relación y el amor, el vivificante, el guardián, es el Espíritu Santo, entre el Padre y el Hijo.

Las doce pequeñas luces apostólicas están distribuidas de la siguiente forma: dos en el círculo pequeño –reforzando la simbología del Hijo, segunda persona de la Trinidad; cuatro en el círculo del Espíritu Santo, simbolizando la inspiración recibida por los cuarto evangelistas y su misión evangelizadora a lo largo y ancho de los cuatro puntos cardinales, la tierra entera –el cuadrado simbólico románico-. Seis luces completas en conjunto apostólico, colocadas en el círculo grande, del Padre, que es el creador de el Universo, -según el relato bíblico de los seis días creacionales-.

Las doce tribus de Israel, los doce patriarcas, las doce horas del día, las doce meses del año, los veinticuatro ancianos del Apocalipsis; lo creado y lo revelado, lo que los sentidos perciben y lo que revela la Palabra, puede llegar a intuirse a través de los signos y de los símbolos, a los que se llega por la predicación y la aquiescencia de lo que se escucha, hecho vida y experiencia personal.

Jesús Masana.

A.M.D.G.

sábado, 9 de julio de 2011

HISTORIA PICTÓRICA DE LA FULIOLA - 6



PROLEGÓMENOS DE LA OBRA PICTÓRICA DE LA IGLESIA DE LA FULIOLA,
PINTADA ENTRE 1980 Y 1990

Cuando el Obispo de la Seu d'Urgell, Dr. Ramón Yglesias
Navarri, a principios de los años sesenta, ante la incapacidad
espacial del templo con motivo de la confirmación de los hijos
del pueblo, encomendó la ampliación de la iglesia de la Fuliola,
tal vez no pensó sólo en la remodelación de un espacio útil para
una finalidad eminentemente doctrinal y sacramental de
mantenimiento; comenzaban a correr aires de renovación en plena
efervescencia del Concilio Vaticano II; por algo había que
comenzar y el espacio fue en este caso lo primero.
No iba a resultar ser ésta la única remodelación, ya que los
siglos precedentes se comportaron de forma similar con la
fachada y el interior de la iglesia.
Esos cambios sufridos por el edificio de la iglesia son la
visualización de lo que ocurre en verdad en su interior y que se
plasma en su propio simbolismo: es un cuerpo que respira, crece,
vive porque dentro de él se gesta para la vida eterna.
Cada época ha dejado su impronta en lo que fuera, en un
principio una humilde capilla, una iglesia románica por los
cuatro costados.
Seguramente hoy, en pleno declinar del siglo XX, tras la
vivencia paulatina pero en efectiva profundización de la doctrina
del Vaticano II, no se hubieran acometido de igual forma los
trabajos que han supuesto la demolición de unos muros
centenarios, la venta de sus piedras para la parcial compra de
materiales más modernos con el fin de proporcionar mayor
amplitud al templo parroquial, sino que la metamorfosis hubiera
tenido lugar en su interior, cosa que, en parte, también ha
ocurrido ahora, afortunadamente.
Se libraron del cambio la fachada pétrea, con su puerta
renacentista-barroca, su torre cúbica y la pared sur, tan
románica, que no fueron demolidas...
No se imaginaba el buen obispo que en vez de aumentar el
número de fieles -lo que motivó la remodelación-, iban a ser cada
vez menos los que a los actos religiosos acudirían en los años
posteriores.
El "refrito" arquitectónico se realizó -y ciertamente
desaguisado es destruir parcialmente una iglesia para convertirla
en otra parecida, pero no ya con el sabor interno de lo que
fuera, testigo de épocas anteriores en lo artístico y en la fe
de las generaciones pretéritas- digo, pero al mismo tiempo no oso
calificar del todo erróneas las soluciones que los arquitectos
han adoptado para lograr tales efectos reformadores, porque han
servido también para "depurar" espurios aditamentos que se habían
pegado a la piel de la verdadera liturgia y su entorno.
De todos modos, ¡Ho felix culpa"!, ya que precisamente es la
doctrina emanada del Concilio la que en sus paredes se halla hoy
cubriendo las asepsia gris del cemento enmascarador y del rápido
e impersonal ladrillo,que pedían a gritos -oídos desde la fe y el
espíritu evangélico de quien nos propuso la obra pictórica- ser
vestidas con la fuerza transfiguradora de la pintura, de los
símbolos cristianos, de una auténtica catequesis visual; a lo
románico.


1.- VISTA GENERAL DEL INTERIOR DE LA IGLESIA (Foto Jaume Masana)
2.- ASPECTO DE LA IGLESIA ANTES DE LA REFORMA. (Fot. Raimond)

jueves, 9 de junio de 2011

LA FULIOLA 5





OTRA ICONOGRAFIA EXISTENTE EN EL MISMO TEMPLO.

1.- ESTATUA DE SANTA LUCIA EN EL ALTAR MAYOR.

Es adquirida, según información de Mn. Jaume, entre los años
1940-42. Es una imagen de la escuela de Olot (Gerona), hecha de
yeso, de la que deben existir otras de igual factura.
Su altura es de 200cm.
Inicialmente estaba policromada, pero el decorador Antoni
Gorgues, de Barcelona, en la etapa de reforma de la iglesia
(1964-71), eliminada la coloración, optó por dejarla con la
apariencia actual, con semblanza a mármol blanco o alabastro.

2.- RETABLO DE LA VIRGEN TRAS EL SAGRARIO.

Se le da la denominación de "Mare de Déu del Sagrari" por su
ubicación y el simbolismo que quien la realizó le atribuye (ver
el folleto de la inauguración de dichas pinturas al que se hace
referencia en estos escritos). El autor es el Hermano Pere Gil S.
J. de Barcelona. Dimensiones del retablo 250 x 150; de la Virgen,
143.
Realizada en el año 1980, fue colocada el día 30 de agosto del
mismo año, vigilia de todos los santos, siendo bendecida por el
Sr. Obispo de Seu d'Urgell, Joan Martí, juntamente con los
murales de la capilla del Santísimo y el Baptisterio, el 13 de
diciembre, fiesta de Santa Lucía, en el IX centenario de la
Fuliola.


3.- CRISTO EN LA CRUZ.

Es adquirido por las mismas fechas que la imagen de la titular
de la iglesia, procediendo del mismo taller y siendo su factura
de la misma especie. No ha perdido su policromía original más que
en los pies, desgastados y mostrando el yeso configurador a la
devoción de los fieles que allí se detienen con un ósculo de
petición o de agradecimiento.
Su altura es de 170cm y la envergadura de sus brazos de 149.
La cruz es de madera 300 x 180, sobre un enmarcado que sigue la
estructura crucial.


4.- VIDRIERAS DE APOSTOLES Y SANTOS.

El autor del dibujo es Antonio Gorges, del que hay pinturas
en el ábside del templo de S. Andreu de Ivars d'Urgell y
decoraciones en el Hotel Mundial de la Seu d'Urgell.
Se adaptan al espacio circular, que perfora el muro, con un
di metro de 100cm todos menos el que corresponde a la parte oeste
de la iglesia que tiene 165cm. Están realizados con cristal
"alemán" emplomado en algún taller de Barcelona. Su colocación se
efectuó en 1968.
En el cuerpo superior de la iglesia hay otros doce rosetones
vidriados de un di metro de 90cm así como otro rectangular de
255x108 en el ábside, diseñados por el mismo autor y de iguales
características técnicas que los de los santos pero su tema
geométrico-abstracto. La referencia exacta del santo que preside
cada una de vidrieras icónicas ser dada posteriormente.

VISTA DEL INTERIOR DE LA IGLESIA CON LOS ROSETONES SOBRE LOS
RETABLOS

5.- SANTA CECILIA.

Ya se ha referenciado anteriormente, siendo su autor el mismo
que el de las vidrieras.
Se halla en el coro, bajo el rosetón que ostenta la figura de
S. Pablo, el evangelizador de los gentiles.
Actualmente se halla enmarcada en un círculo de un metro de
di metro. Pintada inicialmente al temple se ha retocado con
pigmentos mezclados con barniz transparente. La delimitación
circular y algunos retoques, necesarios por el deterioro del
muro, los ha realizado el autor de esta obra.
La mirada de la santa se dirige al cielo.
Sus dedos sobre un teclado.
Unos ángeles acompañan sus arpegios...

domingo, 22 de mayo de 2011

AL ALBUR DEL 15M

La libertad es un don inherente a cada criatura humana. La envidia y la prepotencia dan vueltas alrededor de aquella y quienes no respetan nada más que su propio bienestar blanden la espada de la injusticia, que acaba con los derechos del prójimo: la libertad ha sido vilipendiada y encerrada en la mazmorra de la esclavitud.
La esclavitud, como forma integrada en la existencia histórica del ser humano ha sido eliminada de casi todos los países, pero subsiste en todos disfrazada de autoritarismo totalitario de diferentes colores: comunismo, capitalismo, integrismo...
Cambiar esta sociedad depende de quienes la componemos y pasa por querer cambiar cada cual en su vida personal, antes que querer cambiar las estructuras.
La verdadera democracia es respetar la persona; antes de criticar a los políticos y la política deshonesta, seamos cada cual honesto, porque de "cadacuales" están formados los Ayuntamientos, las Autonomías y el Gobierno. si antes de ser gobernantes de un pueblo cada uno de los personajes que nos gobiernan hubieran sido realmente honestos, otro gallo nos cantaría.
Eso sí sería "democracia real" (de regia), no de cuatro cuartos... de real.
¿Qué aporto yo para que los otros sean libres?
Las estructuras cambiarán cuando cada cual se respete a sí mismo y a los que le rodean.¡Qué grande es la responsabilidad la de los nuestros políticos!.
Seguramente han oído el grito de los "indignados" y de quienes valoramos el don inalienable de la LIBERTAD para que cambien de actitud.

martes, 17 de mayo de 2011

ACUARELAS "LIBER MARIAE"














Acuarelas que pinté y que ilustran el Libro "Liber Mariae" De Francisco Rodríguez Pascual.








































































Estas son las ilustraciones del "Liber Mariae", de Fray Juan Gil de Zamora, recopiladas y prologadas por D. Francisco Rodríguez Pascual, ilustre antropólogo zamorano, que tuvo la deferencia de encomendarme esta labor ilustrativa. En su honor y recuerdo las traigo hoy aquí.






Posted by Picasa

domingo, 15 de mayo de 2011

LA FULIOLA 4

PINTURA RELIGIOSA/PINTURA EN LA IGLESIA

En el verano del 91 me tocó restaurar-rehacer una pintura al
temple debajo del rosetón oeste, en el coro, con la imagen de
Santa Cecilia. Era un eslabón artístico con otra época anterior
con la que me gustó contactar tan directamente con mi impronta
pero ajustándome lo más posible al sentimiento que otro artista
le imprimiera en su momento. No se halla en la línea de las otras
pinturas, las que tienen mi sello, todas las restantes, pero ahí
está como eslabón de la cadena ornamental que ha decorado el
templo desde siempre y para reflexión de varios tipos.
Mi opinión es que en esa pintura se ha reflejado, sobre todo,
el sentimiento religioso de la época y, sobre todo, de su
artífice -lo que sucede en parte también con los restantes
murales, sobre todo los primeros de la serie-, dentro de unos
par metros ciertamente artísticos pero demasiado personales, de
lo que difícilmente puede surgir una pintura religiosa
propiamente dicha; ser una pintura "en la iglesia" que podría
estar también muy adecuadamente en la entrada de un salón de
conciertos clásicos de mediados de siglo...
Con ello no quiero que se entienda que deba ser suprimida tal
tipo decorativo en las iglesias ni en ésta en particular - porque
si hubiera sido éste mi propósito en el momento de su
restauración, la hubiera eliminado para sustituirla por alguno de
mis iconos-, incluso Mn. Jaume me dio autorización, en su
momento, para actuar del modo que me pluguiere.
Santa Cecilia, esta imagen en concreto, ha sido sin duda
inspiradora de sentimientos piadosos, válidos para una gente
concreta, pero la piedad, el pietismo, no pueden ser
considerados ellos solos como pergeñadores del arte
religioso-cristiano de raigambre evangélica dentro de la
tradición cristiana, entendiendo por tal la bizantina y la
románica y toda aquella que beba en la fuente en que lo han hecho
estas dos culturas.
Los monasterios son los educadores de los artistas de la Edad
Media hasta los siglos XII y XIII, pasándose del trabajo en
aquéllos al de las ciudades, donde los artistas se organizan en
gremios, lo que propicia una comercialización del arte religioso,
perdiendo éste el carácter eminentemente litúrgico y de emanación
vivencial mística que tuvo en sus mejores momentos.
Dice Oursel que la románica es una pintura verdadera, "sin
abrirse a falsas ventanas y falsas lejanías", adaptada a la
realidad arquitectónica y realizada para ser comprendida a
distancia y en su monumentalidad, manifestando el pintor "un sexto
sentido propio de la arquitectura",10 y nosotros añadimos, propio
también de una mente unida al Creador desde una experiencia de fe
comunitaria.
El templo es un "cuerpo articulado que deja fuera de él, en el
exterior del espacio litúrgico, las tinieblas: "Bajo sus pies
sometió todas las cosas y le constituyó Cabeza suprema de la
Iglesia". (Ef 1, 22). En todo caso existe la cabeza de la
iglesia, el presbiterio con el altar, símbolo de Cristo. El
templo es este lugar sagrado donde Dios se manifiesta por medio
de una liturgia, de un lenguaje capaz de expulsar lo demonios,
de pisar todas las cosas, de ordenar el mundo, confuso por el
pecado, colocando cada elemento en su verdadero lugar. Lo
presente de este mundo lo utiliza el hombre románico para llegar
a la verdad de lo futuro. Los muros, su estructura, los detalles
de la decoración interior y exterior, todo debe remitir a la otra
realidad: a la presencia de Dios entre los hombres para siempre.
Es el santuario en el que se manifiesta la potencia de Dios por
medio de Cristo, por quien los muros de piedra se pueden
convertir en templo verdadero a través la liturgia en la que el
hombre se hace templo, por la Palabra, los cantos y los
sacramentos: "Hermanos: Cristo ha venido como sumo sacerdote de
los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y m s
perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo
creado... pues Cristo ha entrado no en un santuario construido por
hombres -imagen del auténtico-, sino en el mismo cielo, para
ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros."(Heb.9, 11s.
24)."

domingo, 8 de mayo de 2011

LA TRISTE REALIDAD



Ha sido legalizado un partido trufado de simpatizantes de ETA, "BILDU".
Jornadas tristes, las que nos toca vivir, consecuencia de una concepción social en la que la verdad está a expensas del capricho de un partido que gobierna para sus propios beneficios y no para la totalidad de la nación. La sentencia de un llamado Tribunal Superior de Justicia es invalidada por otro Tribunal, llamado Constitucional, cuyos componentes han sido elegidos políticamente y bailan al compás del ritmo que el Gobierno les marca. El fundamento de una sociedad madura es la independencia de los poderes que la rigen; aquí, hoy, no existe tal coyuntura. Un gobierno totalitario pretende partir y repartirse una nación, España, con quienes les mantengan en el poder, aunque sea arruinando a los ciudadanos y olvidando los crímenes cometidos para ello.

(TÍTULO DEL CUADRO: "MIEDO")

jueves, 21 de abril de 2011

LA FULIOLA

UN POCO DE HISTORIA DE LA IGLESIA
S. Ambrosio en el siglo IV se expresaba así referente al templo
y su simbología humana: "La construcción del templo es como la del
mundo. La cabeza se levanta por encima de la tierra. Sin los
ojos el cuerpo sería como una cárcel llena de oscuridad. Los ojos
son en la cabeza como el sol y la luna en el cielo. El hombre
lleva dentro de la cabeza su hermosura como un árbol sus frutos.
Dentro de la cabeza del hombre está toda su personalidad".
La concepción teológica cristiana del espacio es circular, como
lo explican Boecio o Rábano Mauro y tambi‚n en forma de huevo como
explica H. Augustodunensis. "Un círculo supremo que lo comprende
todo", se dice en un comentario a Boecio del siglo XVI.
Esta es la idea unitaria y esencialmente vital-humanística que
nos ha guiado en la tarea decorativa de la iglesia fuliolenca y
que llevó a que otros, antes que nosotros la idearan, la
construyeran y la decoraran a su vez hace nueve siglos y a lo
largo de este período.
Poco sabemos de la colocación de la primera piedra de la
iglesia que nos ocupa, pero nos llegan noticias de un asentamiento
definitivo de la población de la Fuliola el último tercio del
siglo XI. Mucho tuvo que ver en todo ello -coincidencia
interesante-, la actividad evangelizadora de otro presbítero, el
capellá Bernat, cuya firma aparece también en la carta de
constitución del cercano pueblo de Boldú el mismo 1980.
A falta de más documentación podemos aventurar esta fecha como
idónea de la edificación de la iglesia de La Fuliola, ya que el
hecho religioso, traducido en la reedificación o nueva fundación
de un convento o un lugar de culto, es algo inherente a la labor
de la que conocemos como reconquista de la Península Ibérica y
que sin duda lo fue de evangelización.
Las sucesivas transformaciones que ha tenido esta
iglesia, en la que perduran aún bastantes piedras y la impronta
del sentimiento primigenio románico, como aún puede apreciarse
en lo que del mismo queda, han enmascarado su primitiva
edificación con otros estilos posteriores y un final que cierra
el ciclo, acercándose al origen, con la última de las
mutaciones, tanto en lo arquitectónico como en lo pictórico.
Mn. Jaume me transmite información referente al templo por la
que en el año 1540 a 1574 se hace una ampliación del mismo en
diez y siete metros de largo por trece de ancho distribuyéndose
el espacio interior en una nave central y tres capillas separadas
por gruesos muros. Dice Lladonosa que el año 1776 el abad
Güell de Poblet dio al pueblo cien libras para la nueva iglesia y
otro edificios dependientes del monasterio.
El año 1783 fue construida la fachada y el campanario actual.
Desde el año 1963 al 1968 se hace la última de las ampliaciones
y reformas alargándose unos diez metros y sustituyendo los
gruesos muros laterales por columnas, lo que ha propiciado una
capacidad de 360 metros cuadrados. Esta reforma fue iniciada por
el entonces rector Joan Casseny, siendo el arquitecto el Sr. M.
Boada. Los últimos responsables de la conclusión de la misma
han sido Mn. Jaume Armengol, actual rector y el arquitecto
Francisco de Paula Cardoner, de Barcelona.
Las huellas no románicas, con rastros neoclásicos y barrocos,
son evidentes en la fachada; un retablo barroco de santa Lucía,
que presidiera el ábside, desapareció quemado en la contienda
del 36. En aquellos momentos existían los altares de la Virgen
del Roser, de las Animas y del Santísimo y probablemente otras
como la de S. Francisco Javier, S. Pedro y S. Pablo y S.
Silvestre.
Nos detenemos en esta enumeración por constatar el cambio
litúrgico que supone la supresión de tantas advocaciones, en
favor de una adecuación ambiental a las directrices catequéticas
actuales que han supuesto el estado de la iconografía que hoy
decora la iglesia.
Tales representaciones quedan reducidas a la estatua de la
santa titular, santa Lucía, presidiendo el mural del bside sobre
el altar central, despegado éste del muro del ábside (en
contraposición al adosado que en ‚pocas anteriores existió), una
talla de la Virgen en la cabecera de nave del Evangelio, con el
Santísimo, cercana al mural de la última cena y un crucifijo de
tamaño natural junto al mural del Descenso a los infiernos. Se
han suprimido pues las capillas en el sentido devocional antiguo.
Todo ello va en la dirección de dar carácter unívoco al
mensaje emanado de lo representacional que depura el sentimiento
popular hacia una fe vivida desde la predicación del Evangelio y
no basado casi exclusivamente en devociones particulares,
propensas a desviacionismos de tipo fetichista y de carácter
meramente conservador de una religiosidad natural anquilosada;
más ahora en que la mayoría de la gente no se acerca siquiera a
escuchar la predicación y menos a participar en la Eucaristía ni
otros sacramentos, o si lo hace es con un sentimiento de
tradición, guiado, eso sí, por una sombra de fe, desde la que
hace falta que vuelva a resurgir el Ave Fénix del cristianismo...

( Fotos del proceso pictórico de la pintura del fondo de la iglesia)