La
huelga de los estudiantes, recién ocurrida en estas fechas, me
Ha recordado
unas ideas pergeñadas hace más de veinte años, cuando
estaba
al pie del cañón educativo.
Jesús Masana
Monistirol.
Por lo
manido del asunto uno tiene la impresión que es
poco
menos que predicar en el desierto mostrar la propia opinión
sobre el asunto, pero no deja de ser interesante
decir
algo, aunque las ideas se repitan con relación a
pretéritos
escritos. Mas la verdad, la parte de verdad
-si ésta
es susceptible de fraccionamiento- que me toca vivir,
me
hacen retomar el cálamo para estas lides más
generalizadas,
cuales son escribir en unos papeles
públicos,
que las cotidianas de humilde docente en un
instituto
"de prestado". "Motivos
para hacer una huelga
(léase:
no ejercer las labores docentes) los hay y
abundantísimos",
se ha escuchado en la etapa previa a la
adhesión
a aquélla, como si se quisiera buscar una
excusa.
Porque las cosas se deben hacer
justificadamente... El porqué de esta huelga hay que
buscarlo
en ese "montón" de injusticias en las que los
profesores
estamos inmersos, como son los "baremos", los
sistemas
de retribución, el
"favoritismo" que aflora en
determinadas
normas, en la incapacidad de solucionar por
medio
del diálogo tales cuestiones. ¿Son ineptos los
interlocutores
o están incapacitados ya desde un
principio?
Yo creo que es lo último. Gobierno y
sindicatos
(éstos últimos suelen presentar la solución-huelga
para
todo lo que no consiguen con la palabra) son tal
para
cual y beben de las mismas fuentes. Los que están en
el
Gobierno han hecho antes huelgas por los mismos
motivos
por que las hacen ahora los que no lo están y que
van a
estar en el Gobierno tal vez dentro de poco; los
primeros
saben que propician huelgas actuando de una
determinada
manera y no pueden dejar de actuar así;
los
segundos
siguen el juego; éstos y aquéllos son los que
piden
la huelga. Se trata sin duda de una incapacidad
visceral de poder soslayar las huelgas. Pero ¡qué
digo!..
Estoy considerando la huelga como algo malo,
espantoso,
y tal vez es buena y muy conveniente para el
desarrollo
del estamento educativo, es como el
"gusanillo"
que lo desentumece, como un calambre en la
pierna
que te avisa que tienes ese apéndice andante
dormido
por estar en una mala postura... Me
quieren
acostumbrar
a pensar que la huelga docente es algo
connatural
con la propia esencia del maestro-profesor,
que es
algo muy educativo y bueno. Yo me resisto una y
otra
vez: Estar‚ también yo, incapacitado
para asumir
tales
razones evidentes...
Mi indudable ignorancia en eso de las huelgas
en las
que se
mezclan los intereses-derechos de unos y los
derechos-derechos
de otros, entre la prepotencia de unos
y la
indefensión de otros, me hace inclinar por el
segundo
aspecto sin que ello niegue que el mal existe en
la
distribución de los cargos, de los destinos, de las
"condecoraciones".
Opino, creo, que los alumnos son los
que
sufren las consecuencias negativas y por
eso abogo
por la capacitación
de los interlocutores que gestan la
huelga,
por un cambio de mentalidad sin la que la huelga
del
profesorado será el pan de la cartilla (escolar), al
menos una
vez al año... Tal vez la huelga no es tan buena
como
aparece a la vista...(simple).