domingo, 23 de noviembre de 2014

vida

La libertad se convierte en opresión y autodestrucción cuando es utilizada para justificar posiciones ególatras alimentadas por el miedo al

sufrimiento. Esta sociedad camina por este fatal camino.



viernes, 14 de noviembre de 2014

ESTEMUNDO 10

EL NIÑO DIFERENTE
Un día,cayó del cielo un  niño  diferente, con la cara de ojos de colores distintos, la boca caída, las orejas grandes: daban ganas de ayudarle…
Los geniecillos se lo trajeron al nuevo rey entre risas de admiración y contento.
- Dan, mira qué niño.
- Viene a vivir con nosotros...
 - No puede,   es raro, hace tonterías –dijo el rey, sin ocultar su repulsión.     
-      Sí, Este, pero le ha gustado Estemundo y viene a vivir con nosotros. ¿No te alegra?
-      Yo... ¡Llamemos a la bruja para que lo cure!
El niño idiota no había hecho más que dar pequeñas exclamaciones, hasta aquel momento, pero cuando vio delante de sí la imponente figura de la vieja hechicera, dio un salto y se alejó corriendo, asuntado.
  Todos esperaban la orden para darle alcance.
  El rey lo dejó encapar hasta que se perdió de vista. Un miedo jamás sentido por él lo tenía agarrotado, mudo.
       
 ¡Se sentía destronado por un contrincante; Estemundo ya no era sólo para él!
¡Perseguidlo, traed al niño! ¡Puede hacernos daño!
Muchos obedecieron el mandato.
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  La bruja chillaba delante de del palacio.
Nadie lo había podido encontrar.
El rey se despertó sobresaltado.
   - ¡Me han robado mi bola mágica donde podía ver los peligros de Estemundo! –vociferaba la vieja.
   Dan se quedó guardando el palacio. El rey encabezó la búsqueda del “invasor”.

   

lunes, 10 de noviembre de 2014

ESTEMUNDO 9


Se inclinaba y veía su rostro arrugándose en la superficie ondulada del agua.      Los peces de la fuente sacaban su cabeza del agua para pronunciar su nombre para dejarlo navegar por la inquieta superficie como una hoja seca.
Era muy feliz.
-  Dan, ¿durará mucho esta dicha? Creo que todo esto es un sueño
-  Sí, Este, hasta que quieras... Mientras dure Estemudo, tu reino.
-  Dan, quiero que sea siempre así, siempre.
El pequeño amigo del niño se apenó.
- Estoy a punto de llorar, Este. Un día nos vas a dejar; lo sé, porque conozco tu corazón.
— No digas esto, es muy triste.
  — Es la verdad. Nosotros desapareceremos y nos odiarás cuando sólo seamos para ti un recuerdo de la niñez...
  - ¡No Dan, no quiero que os vayáis!


Una densa niebla se extendió por doquier.
- Es la Bruja que está alejando algún mal de Estemundo  -dijo Dan.
Los dos amigos comenzaron a andar hacia la choza donde habitaba la Bruja.       A través de la ventana la descubrieron mezclando raros potajes, gesticulando y pronunciando extraños sortilegios. 
 Ella no se dio cuenta de su presencia…
 Se colaron por una rendija de la puerta entrando estaba la bruja.   Se acurrucaron tras una gran tinaja espiando a la vociferante mujer.
- ¡Males, alejaos de Estemundo! -gritaba ella gesticulando sobre un fuego azulado que salía de una rara substancia. El humo procedía de la marmita que sostenía con una mano mientras con la otra agitaba una varita.
-¡Este humo ocultará Estemmdo a todos los males!
La bruja deambulaba de un parte a otra. De cuando en cuando miraba una gran bola de cristal donde se veían todas las cosas que podían hacer algún mal a Estemundo.
El nuevo rey quería acercarse un poco más pero Dan le asió por la manga y le hizo signos de negación con la cabeza.



  De pronto dejó de salir humo de la choza y todo volvió a la normalidad. El peligro había pasado.
- Vámonos, ya no peligro - habló Dan en voz baja.
Salieron de la casa de la vieja que se encontraba postrada en un rincón de la choza.
Volaron sobre tejados de hojas brillantes hasta el palacio real de ventanas de oro y columnas de mármol.
Hasta había soldados guardando los jardines y las puertas.

¡Él era el rey!

viernes, 7 de noviembre de 2014

ESTEMUNDO 8

                                                                  8
— ¡Yo soy vuestro rey!-exclamó el niño soñador.
- Que los sabios hagan músicas bonitas de muchos sonidos...
Los músicos iban y venían con grandes papeles y libros de cantos dorados.
Escribían, pensaban, miraban al cielo y garabateaban símbolos canturreando tonadillas.
Luego, a la vez, tomaron sus papales llenos de puntitos y líneas: cantaban, cantaban hasta que todo salía bien...Y, todo se llenaba de alegría de danzando por el aire, al compás.
Todos de distinto color. Unos signos sabían a rojo, azul, otros a amarillo, verde…
- ¿Cómo me llamo?  
- ¿Es verdad, no tienes nombre?
   - Soy un rey sin nombre...
   - No te preocupes; ahora mismo buscaré uno para ti.
   Era pequeño como ellos, los genios pequeñitos de sus cuentos. Po­día volar como ellos o habitar en las casas fabricadas en el interior de las setas pintadas. Dan, buscaría un nombre para él.
Los sabios que leen en las estrellas y tienen sombreros en forma de embudo con estrellitas de papel de plata , leerían en sus libros y encontrarían un nombre:¡ESTE!
- ¡Te llamarás así!
Todos cantaron su nombre: ¡Este!
A  él le gustaba mucho porque era algo para él sólo.
      Todo el cielo fue dibujado su nombre; mil estrellas se movieron para complacer al rey.
      Siempre le impuso cierto respeto, casi temor, la presencia de la Bruja, que estaba allí,  y gritaba también su nombre con una extraña sonrisa en su cara arrugada.
Todos gritaban al aire mi nombre: ¡Viva Este!
Todas las mañanitas salía a visitar la fuente Azul.