VIACRUCIS DE LA IGLESIA DE MARIA AUXILIADORA y RETABLO de la capilla.
El "estilo" del mural primero de La Fuliola, es similar, bebe
de las mismas fuentes que inspiraron el primer mural de tipo
religioso pintado unos años antes en la iglesia de los salesianos
de Sant Boi de Llobregat, Barcelona. Estamos en 1980.
Allí decoré una pared de cuarenta metros cuadrados con un
"Viacrucis" existencial, dividido en tres situaciones
humano-divinas: el hombre en situación de desesperada angustia,
el Hijo del hombre asumiendo la destrucción hasta la muerte injusta y el hombre nuevo.
El "estilo" del mural primero de La Fuliola, es similar, bebe
de las mismas fuentes que inspiraron el primer mural de tipo
religioso pintado unos años antes en la iglesia de los salesianos
de Sant Boi de Llobregat, Barcelona. Estamos en 1980.
Allí decoré una pared de cuarenta metros cuadrados con un
"Viacrucis" existencial, dividido en tres situaciones
humano-divinas: el hombre en situación de desesperada angustia,
el Hijo del hombre asumiendo la destrucción hasta la muerte injusta y el hombre nuevo.
En la capilla de la misma institución religiosa pinté un retablo en el que Cristo es el mástil de una barca eclesial, en cuya proa se halla la Virgen y en la popa
S. Juan Bosco, fundador de la congregación salesiana, con las
manos giradas hacia arriba, orando, fija la mirada en el rostro
de Jesús.
en el mural de la iglesia, las catorce cruces del Vía crucis convencional se reparten
asimétricamente, agrupándose y alejándose, llenando todo el
espacio pictórico vital. La fuerza de la pintura es intuitiva y
basada estéticamente en la enseñanza académica; el contenido
religioso está añadido.
El estilo es cercano al realista, con algunas distorsiones muralistas,
en ayuda de la intimidad de un lugar de oración, con el
simbolismo manifiesto de la capitalidad de los personajes
representados y de la primordial importancia de la oración y la
fe en el eje de la vida cristiana, Cristo.
El tema de la barca y el eje crucial lo voy a utilizar en uno de
los murales de la iglesia de La Fuliola.
S. Juan Bosco, fundador de la congregación salesiana, con las
manos giradas hacia arriba, orando, fija la mirada en el rostro
de Jesús.
en el mural de la iglesia, las catorce cruces del Vía crucis convencional se reparten
asimétricamente, agrupándose y alejándose, llenando todo el
espacio pictórico vital. La fuerza de la pintura es intuitiva y
basada estéticamente en la enseñanza académica; el contenido
religioso está añadido.
El estilo es cercano al realista, con algunas distorsiones muralistas,
en ayuda de la intimidad de un lugar de oración, con el
simbolismo manifiesto de la capitalidad de los personajes
representados y de la primordial importancia de la oración y la
fe en el eje de la vida cristiana, Cristo.
El tema de la barca y el eje crucial lo voy a utilizar en uno de
los murales de la iglesia de La Fuliola.