Acabo de visitar a parientes y amigos de Barcelona.
Los políticos nos enredan las cosas y las relaciones entre los ciudadanos de a pie. He vuelto a ver gentes y paisajes con sentimientos muy cercanos a los míos, los de cualquier persona que intenta cuidar de los suyos y que trabaja para que todo ande cada día mejor.
Pero para algunos la categoría del bien común pasa por su bolsillo a costa de las raíces que a cada cual nos unen con el terruño en el que nacimos.
Los nacionalismos nos traen a mal traer porque algunos han confundido el amor a la patria chica con el egoísmo de sus propios intereses.
Políticos de tres al cuarto, no nos saquéis los "cuartos" ni nos manipuléis con vuestras soflamas dieciochescas y totalitarias...
¿Cuánto dinero no mueve la aplicación de la ley del aborto que mañana, cinco de julio de 2010, se va a aprobar en esta España, dominada por las mayorías socialistas?
Esos piliticastros ya no sólo intentan enfrentarnos por mor de las nacionalidades sino que quieren eliminar poco a poco a quienes no pensamos como ellos, evitando que nuevos ciudadanos vean la luz.
Nos queda la esperanza de que nuestra denuncia mueva alguna conciencia.
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