domingo, 3 de febrero de 2013

MORIN EMPIEZA CON "M" DE MADRE


MATERNIDAD                                        Jesús Masana Monistirol 


 Cuando una sociedad ataca la vida en el vientre de la madre está abocada a su destrucción.
Los tribunales han absuelto a un nuevo Herodes, el Dr. Morin. La mayor parte de la sociedad española está perpleja ante los acontecimientos terribles de aniquilamiento de fetos realizado por las clínicas abortivas dirigidas por este personaje, pero el veredicto emanado por la Justicia nos lleva a pensar que estamos inmersos en una vorágine de insensateces...
   Reproduzco este homenaje a la vida, en la figura de la madre, escrito en la postrimería del siglo pasado.

   Madres hay muchas, maternidades, también. La creatividad es maternidad. En estos momentos soy madre de  este homenaje a la Madre. La maternidad, como poder transmisor de  vida biológica  ha sido conferida, entre los humanos, a la mujer. Algo maravilloso, importante revolucionario  debe tener este poder vital femenino cuando esa otra maternidad-creatividad llamada ciencia ha hundido sus manos enguantadas en él y  como extrañas "comadronas", que no madres, sin derecho propio, ha inventado madres-probetas y  fecundaciones artificiales "in vitro".  Lo tierno, entrañable y humano de la madre-mujer esperando,
junto al padre-hombre, el nacimiento de un descendiente, está dejando paso a la psudociencia de los  investigadores-madre, clonizadores, compradores de semen errante en recipientes de cristal y óvulos de mujeres "desmadradas".
   La narración bíblica de la creación sobre la faz de tierra es un canto a la entrañable maternidad de Dios. La maternidad humana participa así de la divina y no sólo como un mero instrumento generador inicial sino como voluntario y amoroso impulso que  lenta y sabiamente gesta, pare y acompaña la existencia del ser-hijo transmitiéndole los genes y el genio, lascostumbres, las propias experiencias educadoras,  las pautas
sociales y hasta la propia maternidad, modelando la Historia a impulsos de esta maternidad.
   El devenir humano, desde sus comienzos, recuerda lanimportancia que siempre ha tenido la madre, tanto en el diseño delas sociedades antiguas, como en las más cercanas a nosotros y  aun en las actuales.  Hoy nos debatimos en el centro de una crisis de identidad, creyendo vivir en un "estatus" adulto,  habiendo superado, pensamos, los peores años del vaivén entre el matriarcado y el machismo, entre la continuada represión de la fuerza física y la obligada sumisión impotente del débil, entre la esclavitud y la
libertad.  No podemos sin embargo vanagloriarnos de pertenecer a unasociedad adulta cuando estamos inmersos en la falacia de la eutanasia y el aborto -selectivo o no-, que en aras de la
libertad, sacrifica al que no se puede defender o que engaña a quien no ha descubierto, durante  los años de vida y atranscurridos el sentido real del placer y del dolor, porque una voz maternal no ha comunicado la existencia de un hogar donde puede verse satisfecho su deseo de  felicidad, para afrontar la
vida sin tener miedo y sin producirlo.
  No hemos evolucionado tanto en comparación con los pobladores de "Atapuerca" cuando hoy muchas mujeres mueren a manos de "compañeros" incapaces de asumir ningún tipo de limitación, marcadores de un atroz final teñido de sangre. También hay algunas madres a quienes les viene demasiado grande este don, que pierden, abandonan, no pueden querer...  Pero, gracias a una maternidad bien entendida, muchas mujeres con uno o muchos hijos, mujeres sin hijos de su propia sangre pero con el corazón tan maternal como las primeras, han hecho posible lo que de bueno, generoso y progresivo hace latir  este mundo nuestro  desde que el primer ser humano comenzó a  pisar su superficie hecha de jóvenes hierbas y animales recién inventados. 
  Gracias a tantas madres y a la mía puedo dedicarles  hoy  yo mismo, cercano ya el final del tercer  milenio, este canto a la maternidad. 


      

No hay comentarios:

Publicar un comentario