domingo, 13 de julio de 2014

ESTEMUNDO (cuento)



             

ESTEMUNDO       (Cuento)

   Se  creía mayor pero era  pequeño, muy pequeño

De pronto, como una explosión, se encontró en un mundo que, a pesar de contemplarlo por primera vez, se le hizo fastidioso,
Grande y muy malo...


Aquella primera impresión se fue confirmando poco a poco a medida que iba tratando con sus habitantes.
Ellos, ellos habían sido los causantes de la catástrofe... Aquel mundo; antes maravilloso, se había convertido en algo deforme, anormal,  un paralítico.

Ellos, los hombres, pensaron que su mundo era demasiado infantil y por eso lo fueron alimentando, alimentando, hasta que fue de su estatura. Los hombres tenían ya un mundo a su medida.
Éste (así se llamaba él) perdió todo el encanto  que antes poseía. Creció un poco y, con la edad, le aparecieron los vicios; con los vicios, la fealdad, una repulsiva fealdad: ¡Tenía los mismos gustos que los hombres!
Del mismo modo, los niños perdieron su mundo, el verdadero; él también...
Pero en realidad era muy pequeño, un niño. Desde el primer momento sintió un gran deseo de alejarse de aquel espacio y refugiarse en sus pensamientos.
 Pensó día y noche.





                                                                                                  



                                                                                DE  NOCHE





               El pueblo.     
   En el huerto.

   La Luna, en su plenitud, iluminaba las cosas. Este paisaje le era ya familiar. Había estrellas de conocido resplandor.
   Mariposas pardas y blancas volando junto a las coles... Alguna pequeña nube de mosquitos marcando espacios imprecisos, alborotadamente.
      Las cañas, clavadas aquí y allá, cuadriculaban todo un fondo en la penumbra.      
   El firmamento y los montes que lo abrazan todo.
      Ahora, de noche, brotan los pequeños tubérculos desde las entrañas de la tierra fértil con la luna llena.      (continuará)








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