REFLEXIONES FRENTE A UN TELEVISOR APAGADO Jesús Masaría
Monistirol
Se acercan las “europeas”.
Tanto tiempo frente al televisor de tanto español (más de doce
millones, dicen los que en esto entienden), la mayor audiencia de todos los tiempos.... Todo para no haber oído las frases que, pronunciadas por dos rostros preeminentes y mutuamente descalificadores, realmente deberíamos estar ahora analizando.
Lo que ha pasado es que todavía hay zonas de la dialéctica electoralista que son tabú, que se pactan explícita o implícitamente para que no salgan a la palestra, porque de airear ciertos
temas, no quedaría títere con cabeza
y ambos contendientes televisuales quedarían enterrados por multitud de piedras, las que se lanzaran ellos mutuamente y las que recibirían, sin duda los aparatos de telecomunicación por
parte de los nocturnos, interesados y
pacienzudos televidentes.
Ambos parladores televisivos se dieron en los
dientes con cantos rodados hechos
con materiales mentirosos mas no con análisis
profundo, buscando las raíces que inducen
a la sociedad al despilfarro, al
hedonismo creciente, a la desesperación, al desprecio del que está al lado, al odio a la vida, a las causas primordiales del malestar, de la propia impotencia por atajar la invasión de elementos conductores del bienestar fácil, de la droga en forma de animal de mil formas
que nos está
gobernando (como ha gobernado a los que han sido los mandamás y seguirá dominando a todos los "aspirantes" a ser
el primero -el que lo sabe todo, el que no se
deja gobernar por el sentido común y nos larga la
palabrería de promesas que se basan en los mismos principios
que han conducido a la sociedad por el camino ya andado desde siempre, que no ha sabido reconducir a toda una sociedad cansada de políticos fraudulentos.
No han querido, los sabios contendientes, descender a esos otros puntos que los pacientes televidentes esperábamos oír, ¿o no han sabido? Lo
último sería peor que
lo primero...
¿Quién o quiénes nos conducen? Por lo visto y oído, gentes que no profundizan, gentes periféricas que, a lo sumo, ponen parches, se ocupan de los males de la
sociedad que han sido provocados, favorecidos,
fomentados por ellos mismos, sin mala fe, desde luego, por pura ignorancia del medio en que mueven...
Cerremos la tele, esperemos un poco más e intentemos gobernarnos nosotros mismos lo mejor que podamos, porque la
solución al caos actual está, en gran medida,
dentro de cada uno.
Reflexionemos no sólo el día preelectoral sino todas las horas de todos los días y tendremos los mejores gobiernos del mundo.
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