viernes, 7 de noviembre de 2014

ESTEMUNDO 8

                                                                  8
— ¡Yo soy vuestro rey!-exclamó el niño soñador.
- Que los sabios hagan músicas bonitas de muchos sonidos...
Los músicos iban y venían con grandes papeles y libros de cantos dorados.
Escribían, pensaban, miraban al cielo y garabateaban símbolos canturreando tonadillas.
Luego, a la vez, tomaron sus papales llenos de puntitos y líneas: cantaban, cantaban hasta que todo salía bien...Y, todo se llenaba de alegría de danzando por el aire, al compás.
Todos de distinto color. Unos signos sabían a rojo, azul, otros a amarillo, verde…
- ¿Cómo me llamo?  
- ¿Es verdad, no tienes nombre?
   - Soy un rey sin nombre...
   - No te preocupes; ahora mismo buscaré uno para ti.
   Era pequeño como ellos, los genios pequeñitos de sus cuentos. Po­día volar como ellos o habitar en las casas fabricadas en el interior de las setas pintadas. Dan, buscaría un nombre para él.
Los sabios que leen en las estrellas y tienen sombreros en forma de embudo con estrellitas de papel de plata , leerían en sus libros y encontrarían un nombre:¡ESTE!
- ¡Te llamarás así!
Todos cantaron su nombre: ¡Este!
A  él le gustaba mucho porque era algo para él sólo.
      Todo el cielo fue dibujado su nombre; mil estrellas se movieron para complacer al rey.
      Siempre le impuso cierto respeto, casi temor, la presencia de la Bruja, que estaba allí,  y gritaba también su nombre con una extraña sonrisa en su cara arrugada.
Todos gritaban al aire mi nombre: ¡Viva Este!
Todas las mañanitas salía a visitar la fuente Azul.



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